Los hechos ocurrieron en marzo en Son Gotleu cuando dos menores de edad caminaban por la calle cuando se cruzaron con un grupo de chicos.
Uno de los jóvenes del grupo les exigió el teléfono móvil, así como el patrón del mismo. Al negarse, uno de ellos procedió a propinarles varias patadas y golpes para quitárselos, así como amenazas para que no contaran lo sucedido.
Agentes de la Policía Nacional, tras tener conocimiento de estos hechos, consiguieron indentificar al responsable de las agresiones y detenerle.
El arrestado confesó que tras robar los móviles los había vendido a otra persona.
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