Arranz ha considerado este miércoles que es lógico pensar en volver a imponer una medida que se aplicó en la primera ola y que es "llamativa y realmente útil", pero ha defendido que ese debe ser "el último cartucho" por cuanto representa de parálisis social y económica.
Por ello, ha insistido en una rueda de prensa, los responsables de la gestión de la pandemia en las islas no se plantean ahora esta opción y piensan que antes pueden aplicarse otras medidas como el confinamiento de municipios, mayores restricciones de la movilidad o "insistir más en el teletrabajo".
A su juicio, si finalmente se ordenase el confinamiento domiciliario sería "por la situación en el conjunto del Estado", puesto que confía en que las restricciones adoptadas hasta ahora en Baleares y las que puedan añadirse serán efectivas para frenar el avance del virus.
El archipiélago tiene a día de hoy una incidencia de 645 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días, con un incremento disparado en Ibiza, donde la cifra llega a 1.014 casos.
Arranz ha señalado que la alta incidencia actual ya recoge muchos de los contagios que se produjeron durante las festividades navideñas debido a la relajación de social, pero ha advertido que parte de ese efecto aún está por llegar.