Pasar unas horas con Carlos para completar esta entrevista supone un ejercicio de humildad interna, de imbuirte en un proceso de calma que de repente se vuelve efervescente. Su pensamiento artístico siempre se ve priorizado por su pensamiento solidario con los más necesitados. Carlos sería feliz si pudiera llevar a cabo un proyecto que sirviera como reconocimiento a tantas carreras artísticas que quedan en el olvido y algunas en la miseria. Un espacio en el que los afectados se sintieran acogidos, un entorno familiar para una persona que ha dedicado su vida a las artes plásticas, a la escritura, al cine. Una especie de club de bienvenida que te recibe con los brazos abiertos y valora tu biografía…
A la edad de seis años, Ángela Sintes que era la abuela de nuestro protagonista, le preguntó: ¿Qué quieres ser de mayor?
Creo que mi abuela ya sabía que iba a contestarle porque yo nací con un pincel en la mano. Desde muy pequeño me sedujo el trabajo de mi abuelo, José Quintana Juanico (Mahón, 1902), escultor, grabador, acuarelista, dibujante. Yo admiraba a aquel hombre siempre sonriente y divertido, me gustaba estar con él en su refugio. Recuerdo que tocaba el violín y yo me quedaba prendado escuchándole, aunque su pintura era fascinante para mí y para mucha de esa gente de todo el mundo que se acercaba a su estudio para adquirir sus dibujos y acuarelas de figuras y paisajes tradicionales de Menorca. De sus enseñanzas aprendí aspectos técnicos que nunca he olvidado y sobre todo a creer y a amar la pintura.
¿Cuáles fueron sus primeras creaciones?
Me distraía con los trabajos manuales. Hacía figuras con plastilina y eso me aficionó a la escultura, tanto que durante unos años fue mi fuente de ingresos.
Carlos fue y sigue siendo un alma inquieta, acabó con sus estudios de Bachiller Superior y COU y continuó estudiando, Banca, Delineación Mecánica y Construcción, Diseño de joyería y bisutería, Decoración, Marketing.
A los 18 años y cumpliendo el servicio militar en Menorca fui combinando algunos de esos estudios que has mencionado. Allí conocí a un soldado llamado Antonio que estaba destinado en la imprenta y me sorprendió su facilidad y su sencillez para definir la escultura con arcilla. Hizo una pieza (figura de mujer) para el coronel de la base y este, le pago 40.000 pesetas, eso me llamó la atención. Yo le regalé un dibujo que hice de su novia y él me entregó una escultura que todavía conservo. Me convencí de lo importante que era seguir estudiando y aprendiendo.
A la edad de 22 años se casa por primera vez en la Parroquia de Sant Antoni Abad de Maò, con su novia de siempre. De ese matrimonio nacieron sus dos únicos hijos; Ángela y Raúl. Tuvo una agencia de publicidad que le funcionó notablemente y con la que contrató a un dibujante de Walt Disney para realizar una campaña publicitaria a nivel nacional de la compañía El Caserío y durante algunos años una empresa de decoración de la que era fundador.
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Su vida familiar había cambiado, cuando a principios de 1994 le ofrecieron un trabajo en Costa Rica como director de un complejo hotelero en Playa Tambor.
Si, así fue y mi esposa y yo volamos a conocer un país maravilloso, de los más hermosos y bellos que haya visto jamás. La complejidad burocrática para la documentación hizo que al final no aceptase aquel cargo que parecía tan apetitoso y durante unos meses nos dedicamos a viajar. Primero a recorrer aquel país y posteriormente fuimos a Venezuela, a Panamá y a Colombia, dónde nos sentimos cautivados al visitar la ciudad portuaria de Cartagena de Indias en la costa caribeña. Su Ciudad Vieja amurallada, el clima del trópico, sus arrecifes de coral, sus playas de arena blanca, todo era paradisiaco.
A finales de ese mismo año 94 toman la determinación de regresar a España y se dirigen a Mallorca.
Por espacio de doce años viví en el barrio de El Terreno de Palma y al principio me dediqué por completo a recuperar la escultura y quizá fue de forma casual, aunque no creo en el azar. Pienso que las cosas ocurren porque así está escrito, conocí a un comerciante que era coleccionista de arte y que tenía un local en la zona de s’Aigo Dolça. Se interesó por mis esculturas y gracias a su gestión tuve incontables encargos. Un día vino a casa y se quedó con todas mis pinturas, eso fue un gran impulso.
En el año 2006 la pintura y la escultura le ayudaron a superar un fuerte golpe anímico.
Tras una larga enfermedad falleció la que por aquel entonces era mi pareja y aunque al principio le das vueltas a todo, incluso a los razonamientos más elementales, me refugié en el estudio y la mayoría de las horas las compartía con la pintura y la escultura. Fueron momentos duros en los que percibí la desatención y la desafección de algunos que se llamaban amigos. Mi carácter positivo superó aquellas contrariedades. Pasé unos días en Menorca para meditar, reflexionar, respirando el aire de mis orígenes y a mi regreso de nuevo a Mallorca, cambié de domicilio.
Necesitaba estabilidad emocional y económica y trabajé en distintos oficios sin abandonar nunca mi afición artística y recogí el fruto de mi empeño cuando me encargaron una escultura para una plaza en Ca’n Picafort y la Galería Picó de la calle Jaime III me pidió un busto realizado en arcilla, encargo de la familia de Joan Miró, les agradó tanto que las siguientes peticiones eran para reconocimientos a Coll Bardolet, Ramón Nadal y otros de artistas residentes en Mallorca. La pintura y la escultura volvían a reafirmar mi respuesta a las dificultades.
En 2010 y junto a Juan Montañés y Anthel Blau, crea una corriente de pensamiento filosófico que denominaron: el consciencialismo.
¿En qué consistía esa doctrina?
Siempre he pensado que los artistas tenemos en nuestras manos un magnífico instrumento de transmisión de información sobre el momento que vivimos. Teniendo en cuenta que todos somos testigos, ya seamos parte activa o no de las necesidades que sufre el mundo actual, como la falta de concienciación sobre cambio climático, la solidaridad, la necesidad de parar la marginación de minorías, la de frenar la violencia de todo tipo (entre géneros, con los niños, etc.) o la necesidad de recuperación de valores que se han ido perdiendo, como el respeto a los mayores, a la naturaleza o al entorno mismo, hemos de considerar que el hecho de permitirnos comunicarnos con el público/observador de nuestra obra, nos da la posibilidad de transmitirle mensajes de concienciación sobre todo lo expuesto anteriormente.
Entonces decidí crear el Consciencialismo, comenté la idea a Juan Montañez (escultor y fotógrafo) y Anthel Blau (escritor) y ambos se unieron al proyecto. Lo estructuramos y lo presentamos de la mano de Derechos Humanos en Son Tugores, Alaró, uniéndose en el mismo acto Beatriz González de la Vega, reconocida escultora de Madrid. Unos meses después presentamos el movimiento en Madrid.
En 2011 conoce a la que es su actual esposa, Montse Querol con quien ponen en marcha la Galería Zenitart un nuevo concepto en el mundo del arte que entre otras cosas sirvió para ayudar a algunos artistas afectados por la crisis financiera del 2008.
El concepto básico era el de apoyo al artista y menos enfocado al negocio de una galería al uso. Fue una época de muchas y sinceras amistades. Para dar inicio, Toni de la Mata y yo nos presentamos con una muestra colectiva. Más tarde vinieron más de 50 exposiciones de artistas variados en un periodo de cinco años. La crisis se había alargado más de la cuenta y diezmado los bolsillos de mucha gente.
Merece una mención especial el proyecto Arteminas, por su impulso de carácter nacional.
Arteminas fue una Feria de Arte Contemporáneo que organizó Zenitart, S.L. en febrero de 2015, en la Escuela de Minas de Madrid, coincidiendo con la Semana del Arte que se realiza cada año en la capital. El objetivo de la misma fue atraer a este emblemático edificio a los amantes del arte que visitan Madrid durante estos días.
La feria se realizó con éxito, reuniendo en la misma a 36 artistas de las islas Baleares, en pintura, escultura, fotografía e incluso cine, ya que durante la misma se realizó el pre-estreno de una película de cine dirigida por el cineasta mallorquín Antoni Caimari.
En 2016 da por finalizado un ciclo y abandona Zenitart para atender su vocación pictórica.
En esa etapa, había destinado tantas horas a los trabajos de otros que fui amontonando los míos y sentía la obligatoria necesidad de explosionar, de crear y de mostrarme de nuevo. Participé en numerosas exposiciones individuales y en algunas colectivas.
Con su coherente criterio facilíteme algunos nombres de sus artistas favoritos.
Miquel Martorell, por su imaginación, su obra podría tener un estilo propio el “surrealismo gótico”.
Carmen Cañadas, su obra es digna de museo. No se la reconoce como se merece.
Len Junc, un pintor hiperrealista chino, para mí el más grande.
De Mallorca también me gusta el trabajo de Miquel Segura, por su sutileza o Luis Maraver, por la originalidad de sus trabajos y calidad técnica.
Y el escultor Ivan Elenkov, la calidad de sus esculturas en mármol es solo comparable a los clásicos (Fidias, Mirón, etc.)
Colaborando con la Associació Ou Verd, propuso homenajear a la figura del fallecido Junji Fuseya (en reconocimiento por cuanto hizo desde su Fundación para dar empuje a innumerables artistas) y junto a otros 34 creadores se realizó una pintura a modo de un puzle que representaba el rostro de Fuseya. Cada uno debía participar en un espacio. A Carlos Quintana le tocó intervenir en la boca. Por culpa del estado de alarma ha quedado pendiente la presentación de esta obra que ya está finalizada.
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¿Qué supone para usted dar clases?
Enseñar me produce un placer terapéutico. Entre mis alumnas y alumnos, tengo una de 6 años y otra de 86 años y me satisface impartir mis conocimientos con todos y cada uno.
Carlos es el inventor del juego de mesa; Adalid. En la página de Facebook se recoge toda la información. Es pensador, suele tener continuamente cálculos, estudios, análisis, investigaciones, propósitos a desarrollar; El consciencialismo, Es Vuit son inequívocas muestras. Es un hombre implicado y preocupado por el sufrimiento de la naturaleza y del ser humano y de lo que menos hemos hablado en esta entrevista es de su pintura, por eso añadiré que sus trabajos figurativos principalmente realizados en óleo irradian poesía, propulsan mensajes encubiertos de sensibilidad, indagan en lo confidencial del individuo y nos descubren que no hace falta realizar un discurso lato, artificioso y confuso para describir la brevedad y la simplicidad. Una intuitiva mancha rojiza sobre la llegada de una ola a la orilla de una playa indeterminada nos puede situar en cualquier espacio migratorio del mundo.
A Carlos Quintana, le envuelve un halo de filosofías serenas y trascendentes que se transmiten en sus palabras, en las oraciones de sus piezas y sobretodo en sus hechos.
Conocerle es cruzarte con un ser diáfano, cristalino, transparente, pero al mismo tiempo con un personaje insólito de esos que se describen en las novelas, en los cuentos, en las películas y que por inercia creías que solo existían en la ficción.