Las primeras indagaciones apuntan a que unos ciudadanos residentes en Salem alertaron a la oficina del Sheriff del condado de Marion sobre la presencia en las inmediaciones de un pistolero que, al parecer, había tomado a varias personas como rehenes.
La Policía envió a varios agentes hasta la zona y uno de ellos, según los primeros indicios, trató de negociar con el secuestrador para que depusiera su actitud y se entregara sin oponer resistencia. Sin embargo, testigos presenciales afirman que en el transcurso de la conversación, empezaron a oírse disparos indiscriminados que, al parecer, acabaron con la vida de algunas personas, entre ellas el sospechoso.
En cambio, entre los miembros de la Policía del condado de Marion no hay que lamentar ninguna víctima.