La Atención Primaria (AP) en todas las Comunidades Autónomas de España ha alcanzado ya su máximo nivel de deterioro, que inevitablemente va a desembocar de manera inminente en un punto de no retorno a causa de la más que clara política de desmantelamiento que se está viendo por parte de la administración central y las distintas administraciones autonómicas.
"Esta políticaha permitido la masificación de las consultas, el trabajo en condiciones inadmisibles tanto para médicos como para los usuarios, la fuga sistemática de médicos a países más atractivos de nuestro entorno, la continua ignorancia y ninguneo a nuestras advertencias y recomendaciones, en definitiva, una sucesión de despropósitos que ante la primera tensión seria que ha tenido que soportar nuestro sistema sanitario, el tan cacareado mejor sistema sanitario del mundo, ha provocado que salte por los aires", indican en una nota.
Los médicos de Familia y pediatras de AP, desde la totalidad de sindicatos de CESM, las sociedades científicas de médicos de Familia y pediatras de AP, y el Foro de Atención Primaria que los agrupa, denuncian desde hace décadas la merma paulatina de presupuestos destinados a Atención Primaria, la falta crónica de médicos y pediatras, el envejecimiento de las plantillas sobre el que han hecho oídos sordos, la falta de autonomía organizativa al subyugar las direcciones de AP a las Gerencias hospitalarias, la indecente precariedad laboral que han padecido nuestros compañeros y que ha tenido como consecuencia la fuga masiva de profesionales a otros países de nuestro entorno.
Asimismo, la,emtan la sobrecarga asistencial sobre la que no se ha actuado, a sabiendas de que estaba contribuyendo también a la fuga paulatina de profesionales, la burocratización asfixiante y un largo etcétera de sobra conocido y documentado, ya que no ha habido sindicato médico ni sociedad científica de AP en toda la geografía nacional que no lo haya denunciado cientos de veces.
"Veníamos advirtiéndolo desde antes de la pandemia, aportando soluciones, elaborando cientos de informes, todos ellos perfectamente documentados y abalados por nuestra experiencia. Se hizo oídos sordos antes de la pandemia y se nos ha vuelto a dar la espalda y ningunear tras la primera oleada. La consecuencia tras esta primera oleada de la pandemia y de batir el triste record nacional y europeo de profesionales infectados -y lo que es más triste, fallecidos especialmente en Atención Primaria-, ha sido permitir centros de salud desbordados, profesionales agotados y ciudadanos deficientemente atendidos y enfadados a su vez con los profesionales", continúan en la nota. "Las distintas administraciones, central y autonómicas son los únicos responsables, y los médicos y los ciudadanos, las víctimas de este tamaño despropósito".
Precisan, además, que esta situación no se circunscribe a los Centros de Salud sino a toda la Atención Primaria, a las urgencias extra hospitalarias que siguen siendo los mayores puntos de precariedad laboral. Precariedad en los contratos hasta incluso vulnerar la legalidad laboral como ocurre en no pocas comunidades autónomas. Y a los consultorios rurales que muchos de ellos se han visto obligados a cerrar por falta de facultativos y siguen tan en precario como el siglo pasado.
Por todo ello, plantean soluciones que consideran imprescindibles y urgentes para que Atención Primaria salga del colapso y no les lleve a plantear un conflicto laboral "que pueda tener consecuencias por nadie deseadas y menos aún en estos momentos tan complicados". Son los siguientes puntos:
Creemos que es imprescindible la creación de Direcciones Generales de Atención Primaria en aquellas CCAA que no dispongan de ellas, de las que dependan directamente las Direcciones de Atención Primaria de cada departamento de salud, que ejerza un liderazgo “visible y accesible” y que sea interlocutora de la problemática específica de la Atención Primaria con independencia de las Gerencias hospitalarias.
Que dicha Dirección General de Atención Primaria y Comunitaria tenga un presupuesto finalista de al menos el 25% del total de presupuesto de sanidad y que pueda proveer
de recursos humanos y materiales a las Direcciones de Atención Primaria, avanzando hacia modelos de autogestión de los centros de salud.
Exigimos que no se repitan situaciones de humillación a nuestro colectivo que ponen en entredicho nuestra labor ante la Administración y de cara a la ciudadanía. La Administración debe asumir públicamente sus responsabilidades ante la población y dejar de esconderse detrás de sus empleados.
Con contratos dignos que atraigan a los profesionales y frene su éxodo, con especial incidencia en los residentes de último año. Desterrar de una vez por todas los contratos precarios, de días sueltos, de guardias, en definitiva, los “contratos basura” de sustituciones que están contribuyendo al éxodo de facultativos. Para ello se deben dotar adecuadamente las plantillas para asumir todas las incidencias que puedan ir surgiendo.
Cupos de máximo 1.500 pacientes por médico de Familia y 900 en Pediatría en todo el territorio nacional con agendas cerradas y un máximo de entre 25-30 pacientes en total (telefónica y presencial), con autonomía plena en la gestión de las agendas por parte de los médicos.
Es un modelo que desarrollan bastantes CCAA, pero curiosamente solo en Atención Hospitalaria, y se puede replicar sin ningún problema en Atención Primaria. El plan de choque puede paliar en parte la falta de profesionales, permitiendo más horas para hacer las nuevas tareas encomendadas y garantizar el correcto seguimiento de los pacientes crónicos.
Se debe garantizar los medios por parte de las distintas Consejerías de Sanidad para poder realizar la Atención Domiciliaria mediante un transporte que evite contagios de los trabajadores y sus familias y que no corran a cargo de los trabajadores.
Es fundamental y urgente invertir en comunicación efectiva y asertiva que conciencie a la ciudadanía hacia el autocuidado y uso adecuado de los recursos sanitarios. También es necesario que se haga una campaña de prestigio y apoyo manifiesto de la Administración a sus profesionales evitando el desconocimiento por parte de la población de la importante tarea que realizan los profesionales de Atención Primaria y de la situación de dotación de los centros en cada momento.