Según ha explicado la Policía, la investigación se inició en el pasado mes de julio tras la denuncia interpuesta en Madrid por un representante de una empresa de transportes. En la misma se comunicaba la desaparición de un grabado del artista español, concretamente de la serie Gaudí.
Al parecer, días después de organizar el traslado con la empresa de transporte, el comprador avisó al coleccionista español que no había recibido el cuadro. Tras realizar varias pesquisas, los agentes verificaron que había sido entregado por error en una dirección incorrecta y localizaron a la persona que había recibido el grabado, quien aseguró haberlo devuelto a España.
Así las cosas, nuevas investigaciones permitieron localizar el cuadro en una casa de subastas de Reino Unido, donde había sido adjudicado en subasta. Rápidamente los agentes pusieron toda esta información en manos de las autoridades de Reino Unido, a través de la OCN de Interpol Manchester, para que informaran a la casa de subastas de que el grabado de Miró tenía una procedencia ilícita y estaba incluido en las bases de datos policiales internacionales como una obra de arte robada.