El doctor Adhanom Ghebreyesus ha avisado de que el mundo "se encuentra en una nueva y peligrosa fase. Muchas personas están comprensiblemente hartas de estar en casa. Es comprensible que los países estén deseosos de abrir sus sociedades y economías. Pero el virus se sigue propagando rápidamente, sigue siendo mortal, y la mayoría de la gente continúa estando expuesta a la enfermedad". Por esta razón, el máximo dirigente de la OMS ha realizado un llamamiento "a todos los países y a todas las personas para que ejerzan una vigilancia extrema".
El líder sanitario ha pedido continuar manteniendo la distancia de seguridad y cumplir con los requisitos de protección y seguridad: "Quédense en casa si se sienten enfermos. Sigan cubriéndose la nariz y la boca cuando tosan. Usen una mascarilla cuando sea apropiado. Sigan limpiándose las manos. Seguimos pidiendo a todos los países que se centren en lo básico: encontrar, aislar, probar y cuidar cada caso. Rastreen y pongan en cuarentena cada contacto".
A medida que la pandemia se acelera, el director del organismo sanitario internacional ha detallado que "los más vulnerables serán los que más sufran". A este respecto, ha señalado que "todos los países ricos y pobres tienen poblaciones que son vulnerables a un mayor riesgo de enfermedades graves y muerte".
Adhanom Ghebreyesus se ha referido específicamente al colectivo de refugiados, que este sábado celebran su Día Mundial y que, según ha apuntado, "corren un riesgo mayor de sufrir el impacto del nuevo coronavirus, porque a menudo tienen un acceso limitado a una vivienda adecuada, agua, nutrición, saneamiento y servicios de salud". El director general de la OMS ha recordado que "más del 80 por ciento de los refugiados del mundo, y casi todos los desplazados internos, se encuentran en países de ingresos bajos y medios".