Vicente Moreno optó por devolver a Ante Budimir y a Salva Sevilla a la titularidad e incorporar al once inicial a Sedlar para cubrir la vacante del sancionado Antonio Raíllo. El técnico valenciano pudo contar, además, con Dani Rodríguez, que se perdió, también por acumulación de amonestaciones, el choque ante el Villarreal. El resto de la alineación fue la más reconocible, con Pozo y Fran Gámez en los laterales, Baba llevando el timón junto a Salva Sevilla, y 'Cucho' Hernández y Take Kubo como lugartenientes de Budimir en el ataque.
El planteamiento no le salió mal a Moreno, al menos de inicio. El equipo balear mostraba mayor nivel de concentración que en los encuentros anteriores ante Barça y Villarreal, y prueba de ello es que, cuando apenas se habían disputado nueve minutos de encuentro, Salva Sevilla convirtió magistralmente una falta directa ante la que nada pudo hacer el guardameta del Leganés, Cuéllar.
No obstante, los madrileños no se amilanaron, y pusieron en peligro la portería local en dos ocasiones. En la primera, cuando discurría el minuto 18, Reina realizó una meritoria parada a disparo de Assale. Posteriormente, en el 35, volvería a intentarlo Aítor, y de nuevo el guardameta andaluz del Real Mallorca respondió a la perfección con una parada en dos tiempos.
El equipo de Moreno parecía más centrado en guardar como oro en paño la ventaja adquirida gracias al tanto de Salva Sevilla que en acercarse a la meta pepinera. Sin embargo, pocos minutos antes del descanso, en el 41, un disparo de Fran Gámez obligó a Cuéllar a enviar el balón a saque de esquina.
Nada más reanudarse el partido tras el descanso, Dani Rodríguez vio tarjeta amarilla y su entrenador optó por sustituirle pocos minutos después, dando entrada a Xisco Campos. Este cambio trastocó el esquema defensivo del Mallorca, que pasó a jugar con tres centrales (Campos, Sedlar y Valjent) con la finalidad de asegurar mejor las coberturas en la zaga y ofrecer más espacio de pista en las bandas a los laterales Alejandro Pozo y Fran Gámez.
Sin embargo, los locales tuvieron que esperar hasta el minuto 72 para crear una oportunidad clara de gol. El artífice fue Lago Junior, quien cinco minutos antes, en el 67, había reemplazado a Cucho Hernández en un doble cambio de Moreno que se completó con la retirada de Budimir y el ingreso en el campo de Abdón Prats. Lago, muy enchufado al partido desde el primer segundo en que saltó al césped, se marcó una de sus jugadas características en diagonal, que culminó con un disparo desde la frontal que se marchó fuera por muy pocos centímetros.
El Mallorca parecía tener controlado el partido, y sus aspiraciones de aumentar su ventaja parecían más que factibles. No obstante, el Leganés todavía no había dicho su última palabra, y en el minuto 75 Reina evitó el gol del empate con una portentosa intervención. De hecho, los madrileños continuaron apostando por no marcharse de vacío de Son Moix y completaron en el transcurso de la segunda parte las cinco sustituciones que prevé la nueva reglamentación post-covid, en un intento de equilibrar la balanza y meter miedo al rival con futbolistas frescos y sin tantos minutos en sus piernas.
También el Mallorca agotó su margen de cambios con la entrada, en el minuto 82, de Joan Sastre y Señé ocupando las plazas de Salva Sevilla y Take Kubo. Con el encuentro en su recta final, Vicente Moreno reforzaba todavía más su línea defensiva con la única vista puesta en mantener el exiguo 1-0 que, por el momento, le otorgaba una victoria balsámica y trascendental frente a un rival directo en la lucha por la permanencia.
Y así hubiera sido si en el minuto 87, prácticamente al filo de que se cumpliera el tiempo reglamentario, Óscar no se hubiera sacado de la chistera un golazo de falta directa desde más de 40 metros de distancia ante el que nada pudo hacer Manolo Reina. A pesar de que el colegiado, el valenciano Mateu Lahoz, concedió todavía cinco minutos de prolongación, el Mallorca, ya prácticamente sin hombres de ataque sobre el campo, no pudo hacer nada para retener el triunfo. Tan solo un cabezo de Señé creó ciertos problemas a Cuéllar, pero no los suficientes para impedir que los bermellones continúen sin conocer la victoria tres jornadas después de la reanudación del campeonato.