Los comerciantes del mercado de Pere garau han reconocido a mallorcadiario.com que la pandemia del coronavirus ha lastrado las ventas afectando notablemente a los negocios. Señalan que esta situación sanitaria ha generado "un descenso muy significativo en las ventas. De momento no hemos notado que esto empiece a moverse y creo que no se va a mover porque hay mucha gente con graves situaciones laborales. Hay mucha gente que lo va a pasar para muy mal y esto se nota clarísimamente en las ventas".
A esta situación de incertidumbre laboral, se suma las restricciones que ha impuesto el Ayuntamiento de Palma a causa de la pandemia. Aquí, los comerciantes indican que en el mercado de Pere Garau existe un control de los accesos para vigilar los aforos de personas. Antes había un vigilante los martes, jueves y sábados y ahora hay que tener cinco vigilantes por día, lo que ha supuesto que la comunidad se haya disparado en un 100 por ciento. El mercado tiene nueve puertas y no se pueden abrir todas pues tendrían que pagar a nueve vigilantes; todo ello sin contar que se les ha obligado a tener 15 días los baños cerrados.
VENTAS A DOMICILIO PARA PODER SOBREVIVIR
Por todo ello, no queda más remedio que echar mano de las ventas a domicilio ya que, tal y como relatan, en Pere Garau hay muchos comerciantes que están haciendo ventas a domicilio: Cuando cierran el mercado, cogen y parten a hacer servicios a domicilio: "Si antes trabajábamos 9 horas, ahora tenemos que trabajar 12 horas para poder sobrevivir", indican.
Para paliar esta situación, los comerciantes de Pere Garau se han reunido con el consistorio palmesano para solicitarle que, al menos, les dejen abrir dos puertas. Los comerciantes justifican esta petición al señalar que "aquí vienen muchas personas que son de la zona y que tan solo vienen a comprar un par de productos y al final tienen que hacer toda la ruta por el mercado como si esto fuese un supermercado. Al abrir estas dos puertas se agilizaría la salida de estas personas. Con ello se lograría que el mercado pudiese disponer de cuatro puertas de salida".
Por último, han lamentado que algunos pretendan convertir los mercados municipales tradicionales en zonas de restauración. En este punto, denuncian que "hay algunos que han montado una nueva asociación y que tienen sus puestos dentro de los mercados pero que en los mismos desean cambiar horarios, abrir y cerrar más tarde y poder hacer más tardeo".
"Además, -añaden-, en el mercado de Santa Catalina, más del 50 por ciento es restauración; los puestos tradicionales de dentro del mercado están muy enfadados porque si vienes al mercado antes de las 10 de la mañana hay pocos abiertos ya que los bares abren a partir de las 12. Vas a las 10 y solo tienes cuatro sitios para ir a comprar".