Tras una reunión de unos 90 minutos de duración en el Palacio de la Moncloa, los líderes de los partidos con mayor representación en el Congreso de los Diputados, el socialista Pedro Sánchez y el popular Pablo Casado, se han levantado de la mesa sin ningún acuerdo concreto.
La agenda de temas sobre los que ha girado el encuentro entre el presidente del Gobierno y el jefe de la oposición ha sido amplia y diversa: desde la situación en Cataluña, con la constitución de la mesa de diálogo en el epicentro del debate, hasta la renovación del Consejo General del Poder Judicial, sin olvidar la valoración de la situación económica y la posible derogación de la reforma laboral aprobada durante el mandato de Mariano Rajoy.
Esta ha sido la octava reunión que Sánchez y Casado mantienen desde que ambos desempeñan sus actuales responsabilidades. Sin embargo, al igual que ya sucedió en citas anteriores, ambos líderes parecen anclados en una especie de partida de frontón que impide cualquier atisbo de pactos.
Así, por ejemplo, Casado ha exigido al jefe del Ejecutivo que ponga punto y final a la convocatoria de una mesa de diálogo en Cataluña como contrapartida para estudiar un posible apoyo del PP a los presupuestos generales del Estado, además de renunciar a favorecer la concesión de indultos a los políticos catalanes que permanecen recluidos en instituciones penitenciarias, mediante una modificación puntual del Código Penal.
Para el Gobierno, los populares “siguen instalados en el bloqueo”, y desisten de ejercer su responsabilidad como principal fuerza de la oposición. Muy al contrario, según Moncloa, Casado “continúa sin asumir” que perdió las anteriores elecciones generales, y pretende influir en las líneas políticas del Estado “sin haber ganado” en las urnas.
Así lo ha manifestado la portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero, quien lejos de apreciar una actitud de “mano tendida” en el líder del PP, ve “contumacia” en su comportamiento de bloqueo de las instituciones.
En el otro extremo, Montero ha defendido que Pedro Sánchez mantiene su compromiso a favor del diálogo para “desbloquear” asuntos de gran calado institucional, entre los que la ministra portavoz ha citado la financiación autonómica, y el Pacto de Toledo sobre pensiones.
Por su parte, Pablo Casado ha expresado ante los medios de comunicación su intención de “alcanzar acuerdos de Estado” con el Gobierno, que incluirían el apoyo a los próximos presupuestos generales y el planteamiento de un nuevo marco laboral, fiscal y de financiación.
A cambio, Casado exige a Sánchez la “ruptura” con las formaciones independentistas que avalaron con sus votos la investidura del actual presidente. A este respecto, el jefe de la oposición en el Congreso de los Diputados reclama al Gobierno que haga efectiva la “renuncia” a tomar parte en la mesa de diálogo sobre la situación catalana, y lleve adelante de manera inminente la inhabilitación del presidente de la Generalitat, Quim Torra.