Explican que los numerosos manifestantes a su paso por la sede de Sa Fundació en la calle Olmos, dirigieron improperios y amenazas a los miembros y trabajadores de la asociación, con gritos de “¡Mallorca neta, gonella guinaveta!”, y otros insultos, que se unieron a los tradicionales contra la Monarquía, los miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, y otras formaciones políticas contarias a su pensamiento.
Detallan que la fachada del edificio apareció al día siguiente con grandes manchas de pintura oscura y restos de los globos con pintura lanzados para destrozar el cartel luminoso.
"Recordemos que esta manifestación fue convocada por la Plataforma 31-D, la Assemblea Sobiranista de Mallorca y el Bloc d'Unitat Popular (BUP), y que contó con la presencia de la plana mayor de MÉS, del que fuera expresidente del Parlament Baltasar Picornell y del ex president del Govern con el PP y ahora líder independentista, Cristòfol Soler, entre otras personalidades de las islas. Además, también se dejaron ver el padre de Oriol Junqueras y el dirigente de ERC Joan Tardà", explican.
Desde Sa Fundació recuerdan que estos comportamientos "podrían ser constitutivas de un delito de odio, tal y como recoge el artículo 510 del Código Penal español vigente". El citado precepto establece que “1. Serán castigados con una pena de prisión de uno a cuatro años y multa de seis a doce meses: a) Quienes públicamente fomenten, promuevan o inciten directa o indirectamente al odio, hostilidad, discriminación o violencia contra un grupo, una parte del mismo o contra una persona determinada por razón de su pertenencia a aquél, por motivos racistas, antisemitas u otros referentes a la ideología, religión o creencias, situación familiar, la pertenencia de sus miembros a una etnia, raza o nación, su origen nacional, su sexo, orientación o identidad sexual, por razones de género, enfermedad o discapacidad [...]”, y “2. Serán castigados con la pena de prisión de seis meses a dos años y multa de seis a doce meses: a) Quienes lesionen la dignidad de las personas mediante acciones que entrañen humillación, menosprecio o descrédito de alguno de los grupos a que se refiere el apartado anterior, o de una parte de los mismos, o de cualquier persona determinada por razón de su pertenencia a ellos por motivos racistas, antisemitas u otros referentes a la ideología, religión o creencias, situación familiar, la pertenencia de sus miembros a una etnia, raza o nación, su origen nacional, su sexo, orientación o identidad sexual, por razones de género, enfermedad o discapacidad [...]”.
Sa Fundació quiere que los convocantes de la manifestación emitan una disculpa pública, "y que se comprometan a poner un especial celo en que tales actitudes y actos vandálicos contra Sa Fundació y la mayoría de mallorquines que defienden el mallorquín no vuelvan a producirse. Garantizar la convivencia y respetar al que no piensa como tú debería ser una prioridad para todos los ciudadanos, y no digamos para aquellos que gustan de autoproclamarse como progresistas”.