Incidente cuando menos curioso el que ha protagonizado el Papa Francisco en la plaza de San Pedro, en Roma, durante un acto con fieles, posterior a la última misa del año oficiada por el pontífice.
Mientras se hallaba saludando a la multitud que se había congregado en las inmediaciones de la plaza, una mujer de rasgos asiáticos tiró de la mano del Papa con la intención de atraer su atención.
Ante la insistencia de la feligresa, que se asía fuertemente a las vestimentas papales, el máximo representante jerárquico de la iglesia católica la reprendió e incluso llegó a propinarle unos ligeros manotazos hasta que, finalmente, consiguió desprenderse y continuar su recorrido.
Este miércoles, el Papa ha pedido disculpas por su comportamiento y ha reconocido que dio un "mal ejemplo" y que "perdió la paciencia".