La empresas privadas de transportes de los autobuses discreccional han puesto el grito en el cielo con consecuencia de los actos vandálicos que están sufriendo algunos vehículos que aparecen con enormes pintadas en los laterales de los mismos.
Estos actos se vienen repitiendo y, según denuncian, no es la primera vez que surgen estas pintadas en los autobuses.
Además, señalan, estas pintadas no solamente suponen un acto incívico sino que implican un importantísimo desembolso económico para las empresas puesto que tener que volver a repintar el autobús puede llegar a suponer un coste económico superior a los 5.000 euros.
El último caso, que aparece en la foto, se ha producido en Peguera.
Acciones similares se han producido durante los últimos meses en otros transportes, principalmente en el Metro y en unidades de la SFM, con un elevado coste para su repintado.