"En líneas generales, ha sido una mala Semana Santa", indica a mallorcadiario.com el presidente de Restauración, Fofo Robledo. "Todo lo que sea lluvia y frío afecta a los negocios de la costa que, para esta época, cuentan con las terrazas como principal atractivo y refuerzan sus plantillas". En este sentido, Robledo reconoce que han sido jornadas "catastróficas" ya que el cliente prefiere quedarse en el hotel o salir poco.
No obstante, los municipios de interior y sobre todo la capital, Palma, se han beneficiado de los días de paraguas y han trabajado "muy bien" a lo largo de esta Semana Santa lluviosa, "mejor de lo que se esperaba", según Robledo. "Si no hace tiempo de playa, el cliente busca un Plan B en la ciudad o en pueblos", agrega. Inca o Sineu son dos ejemplos.
En este sentido, destaca los resultados que ha suepuesto el portaaviones estadounidense Abraham Lincoln, con miles de marineros consumiendo en Palma. "Han llegado con ganas y dinero y eso se ha notado", reconoce Robledo.
Nunca llueve a gusto de todos.