Varios agentes fueron requeridos en las escaleras del edificio de Jefatura por un joven estadounidense, que les alertó que su amigo, de la misma nacionalidad, se encontraba en mal estado y que podría sufrir alguna intoxicación alimentaria, al ser alérgico a los frutos secos.
Los agentes acudieron rápidamente a su auxilio, comprobando como su estado iba empeorando por momentos presentando dificultades respiratorias, hinchazón y con el pulso cada vez más débil, llegando a perder la consciencia.
Ante la gravedad, los agentes se vieron obligados a practicar una RCP y a continuación hacer uso de un desfibrilador por espacio de seis minutos hasta la llegada de una ambulancia, que había sido previamente requerida y que trasladó al joven a un hospital de Palma donde se encuentra ingresado.