La Guardia Civil ha desarticulado, dentro del marco de la segunda fase de la operación Loxodonta, una red de comercio ilegal de animales de especial protección en diferentes actuaciones llevadas a cabo en Baleares, Madrid, Navarra y Cataluña.
Según ha informado hoy la Guardia Civil, entre estas actividades está la investigación de una persona en Madrid, por agentes del Seprona, que "actuaba como
intermediario y realizaba donaciones de especímenes".
Una actividad, según añade la nota, que está equiparada a la venta según el
Convenio Cites, y que podría consistir "en ocasiones" en transacciones encubiertas y por tanto prohibida para determinados especímenes sujetos a la
máxima protección.En
Navarra han sido incautadas diversas partes de elefante africano naturalizado, en concreto la cabeza completa incluida la trompa, dos colmillos de resina y dos orejas de fibra de vidrio.
También en Lleida (
Cataluña) un taxidermista ha sido identificado en posesión de 20 ejemplares propiedad del principal encausado de
Mallorca, algunos de los cuales habían sido ofertados pese a estar su comercio prohibido, procediéndose a su decomiso.
Se trata de actividades llevadas a cabo en la segunda fase de esta
operación Loxodonta, que el Seprona inició en enero de 2018 y en la que se detuvo en Baleares a una persona por un supuesto de delito de contrabando y otro delito contra la flora y la fauna silvestre. En concreto, el detenido se dedicaba a la
venta a través de Internet de trofeos de caza disecados cuyo comercio se halla restringido o expresamente prohibido por este convenio.
Fue una de las mayores incautaciones en España de especímenes disecados y protegidos por el convenio CITES (Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre) y se saldó con la intervención inicial de
más de 90 especímenes animales o piezas de estos disecadas, de los cuales se ha decretado
el comiso definitivo de 70, que pueden llegar a alcanzar en el mercado negro un valor superior a los 200.000 euros.
También fueron intervenidas
104 armas de fuego de distintos calibres e históricas, de las cuales 36 carecían de documentación, 18 de ellas se encontraban en perfecto funcionamiento y cuatro eran armas prohibidas