EDITORIAL

El impacto económico del golf en Mallorca justifica su defensa

Jueves 29 de noviembre de 2018

Las actividades generadas por los campos de golf de Mallorca suponen un impacto económico de 167 millones de euros cada año. El dato lo hacía público este jueves la Fundación Impulsa Baleares tras dar a conocer un estudio realizado para la Federación Balear de Golf y la Asociación de Campos de Golf de Mallorca. El estudio, presentado por el director técnico de Impulsa, el catedrático Antoni Riera, revela el efecto multiplicador de la actividad, hasta el punto de que, por cada euro facturado, la producción de bienes y servicios genera más de 2 euros.

Son datos que explican con números el potencial transformador que tiene en Mallorca una actividad como el golf, tanto en materia económica como desde un punto de vista del desarrollo turístico, industrial y comercial. De hecho, de los ingresos generados, un 43,2 por ciento corresponde a los propios de la vertiende deportiva, el alojamiento supone un 38,4 y la restauración un 12,2 por cien.

Hace ya mucho tiempo que la oferta mallorquina de este deporte logra unos niveles de calidad que la hacen realmente atractiva, consiguendo convertir la isla en destino preferido para muchos aficionados. Hasta ahora, sin embargo, no existía un estudio actualizado sobre el impacto positivo del golf en materia económica en Mallorca. A las cifras propias del negocio directo hay que sumar la inercia desestacionalizadora que el golf aporta, atrayendo turismo fuera de la temporada alta de verano, donde sólo se concentra el 29 por ciento del total del juego. Asimismo, ocho de cada diez partidos son jugados por extranjeros, principalmente alemanes, casi la mitad, y en menor medida británicos, nórdicos suizos y austriacos.

Empresarios, y cada vez más la administración, están apostando por este tipo de actividades que parecen haber superado las críticas que recibieron de determinados sectores. Las buenas prácticas medioambientales ayudan a promover una actividad beneficiosa para la economía balear, dejando sin argumentos a quienes argumentan hipotéticos perjuicios al entorno natural. Como en todo, un actitud ambientalmente responsable ayuda a hacer el negocio más sostenible y, a la larga, mucho más rentable para sectores muy diferentes.

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