El autor de los hechos, elegía sus objetivos entre las viviendas de la urbanización de Son Vida más próximas a la zona boscosa, lo que le aseguraba un mejor camuflaje en sus vigilancias y en su huida.
El ladrón, que no tenía reparo en entrar en las viviendas estuviesen o no los moradores, siempre actuaba por la tarde o por la noche, siguiendo distintos procedimientos.
En aquellos casos en los que los moradores se encontraban en el interior de la vivienda, el autor aprovechaba cualquier vía de acceso: en algunos casos, trepaba y entraba a través de ventanas situadas en la planta superior de las mismas.
Cuando no había gente dentro, el detenido aplicaba fuerza en alguna de las ventanas o persianas de la vivienda, usando para ello herramienta tipo palanqueta o similar. Ya en el interior, se hacía con el dinero y objetos de valor que contuviesen las cajas fuertes. Si no podía abrirlas in situ, se las llevaba a zonas boscosas y las reventaba.
Al detenido se le imputan además de veintiún robos con fuerza en viviendas, un robo con violencia e intimidación ocurrido en el interior de una de las viviendas, cuando fue sorprendido “infraganti” por su morador, al cual amenazó y le obligó a que le entregara el dinero y las joyas que guardaba.
Los hechos han sido investigados por el grupo de robos y el grupo de atracos de la Brigada Provincial de Policía Judicial de la Jefatura Superior de Baleares.