A menos de un mes de su llegada a la Casa Blanca, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha perdido a su asesor de seguridad nacional, Michael Flynn, que ha dimitido tras un escándalo relativo a sus contactos con Rusia. Su renuncia al cargo se ha producido después de que se hiciera público que engañó a altos cargos de la Administración americana en relación a varias conversaciones que mantuvo con el embajador ruso en Washington, Sergey Kislyak.
En ese diálogo discutió sobre las sanciones que hay presentes sobre la Administración Putin. Recientemente se estaban produciendo una serie de filtraciones y sospechas que llevaron a que el FBI lo investigara, justo después de que se hiciera pública la acusación de que Rusia había manipulado los resultados de las elecciones americanas.
Las conversaciones mantenidas con el embajador ruso fueron grabadas por los servicios de espionaje estadounidenses y se acabaron filtrando, hecho que llevó a la publicación de esta información por medios como el Washington Post. Según el citado diario, Flynn ocultó información a sus superiores, por lo que al no hacerlo había sido presa de un chantaje ruso. Por ello, la embajada lo tenía muy fácil para hacer públicas las conversaciones de Flynn a menos que obtuviera alguna compensación.
Provisionalmente, su cargo será ocupado por Joseph Keith Kellog, un veterano de la Guerra de Vietnam, mientras se busca un sustituto.