CARTAS AL DIRECTOR

Pepsi contra Pep Lemon

Martes 11 de octubre de 2016

Pep, sí, así se llama. Pep, como mi primo, como tu tío, como muchos (muchísimos) de nuestros amigos y conocidos. "Hola, Don Pepito", decía la canción de los payasos más famosos de España que tanto hemos escuchado de niños y que todos (los de una generación y media) cantábamos señalando a nuestro compañero de clase e imaginando a nuestros "Pepes" cercanos; unos guapos, otros gorditos, varios muy altos; en situaciones diversas (todas cómicas), pero ninguno y digo bien: ninguno, en lo más recóndito de nuestros pensamientos, asemejándole con una botella de refresco. Sin embargo, cuál ha sido mi estupor de esta mañana al conocer que los Magistrados miembros del Tribunal Superior de Justicia de las Islas Baleares (TSJIB), han fallado lo contrario y en aras de defender al débil (¡ja!) han encontrado la forma de asociar (indubitativamente, ¡ya es difícil!) a nuestros familiares, amigos y conocidos llamados "Pep", con las botellas de refresco de la multinacional "Pepsi", ¡nada más y nada menos! Y así, casi de manera irremediable, han mandado a la mierda el trabajo, la ilusión y el esfuerzo del bueno de Pep que, un buen día, hace ya unos años, decidió exprimir limones de los de verdad y refrescar a los mallorquines con una bebida de limón (¡de los de verdad!) a la que, como no podía ser de otro modo, bautizó como "Pep Lemon". Entonces "Pepsi", sí, sí, la multinacional de los anuncios de la tele, encontró a nuestro Pep y además ¡lo demandó! Alegando que "podía crear confusión en el consumidor" y, para más inri, "que como facturaban 67.000 billones de d ólares, merecía especial protección", ¿protección del hampa, de los virus informáticos, de los extraterrestres? ¡No! De pequeñas empresas incipientes, potencialmente enemigos, no por usar fruta (de la de verdad) como materia prima, no por el riesgo comparativo que pudiera significar que para recolectar los limones empleasen a miembros de "Amadip" (asociación dedicada a la inserción de personas con discapacidad intelectual), sino por su nombre. No fuera a ser que el consumidor, ciego de burbujas, confunda "Pep" con "Pepsi". Pues no, señores (y hasta Señorías), Pep no es Pepsi, ni lo pretende. Pep es simplemente Pep. Y, en el humilde parecer de este que escribe, "Pepsi" sí, naturalmente, pero también tiene cabida "Pep Lemon", que caramba. Y como parece que poco queda por hacer, salvo acudir al Tribunal Supremo y pelear (qué feo) para que los jueces le quiten la razón a los de Pepsi, quizá sea más fácil que, ya puestos, lo hagan todo junto y, de paso, fallen que el próximo 19 de marzo en lugar de celebrarse en mi país la festividad de San José, se celebre la festividad de San Pepsi, porque esto es de locos, ¿verdad jueces?

Carlos Jusdado Ruiz-Capillas

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