CARTAS AL DIRECTOR

A favor de un Born con libreros y restauradores

Lola Fernández

Lunes 06 de junio de 2016

Estimados miembros del colectivo de restauradores y comerciantes del Born,


Me llamo Lola Fernández y soy la propietaria de una de las librerías que han participado en la Feria del Libro, así que hablo desde mi experiencia personal y no quiero que se entiendan mis palabras como las de nadie más que las mías propias. Hablo como librera, como palmesana y como parte aludida de una carta que acabo de leer de vuestra parte.


Precisamente hoy he redactado un pequeño informe de valoración de la feria del libro de este año, considerando aspectos positivos y negativos de la misma. Entre estos aspectos he subrayado el deseo y la necesidad de llegar a un acuerdo con vosotros, especialmente con los restauradores, porque la posibilidad de haber tenido las terrazas formando parte del circuito habría sido un aliciente para nosotros como trabajadores y, seguro, un motivo de satisfacción y buen servicio a los ciudadanos que han pasado estos días por la feria.


Muchos trabajadores, (repito que hablo por mí y por mis compañeros más cercanos) hemos echado de menos tener una relación cordial con las cafeterías para nuestro uso personal (desayunos, comidas y meriendas en mi caso particular) y sobre todo para los escritores y otras personalidades invitadas a quienes habría sido un detalle poder servir un aperitivo. Los motivos por los que no ha se ha llegado a este entendimiento se me escapan y seguramente tengan que ver con muchos factores por ambas partes.


Pero hoy he leído vuestra carta y me he quedado estupefacta al leer muchas de vuestras palabras. La sola insinuación de que el prestigio del Borne lo habéis logrado los restauradores y comerciantes y de que la feria del libro ha venido a empañarlo me duele profundamente.


Es cierto que el Borne, como la ciudad, es de todos. También de aquellos que seguimos manteniendo nuestros pequeños comercios sin dirigirnos específicamente al turista, de aquellos que nos hemos negado a darnos por vencidos y a alquilar nuestros locales al mejor postor, de aquellos que creemos que la cultura es lo que define un pueblo, una ciudad, una sociedad y lo que pervive cuando los cruceros decidan irse a un puerto más barato.


Es insultante que apeléis al prestigio del Borne sólo en vuestro nombre. Hemos tenido en esta edición a un escritor de fama internacional que ha ganado el Premio Médicis de Francia, el Premio Nacional de Catalunya y el Rómulo Gallegos, premios que seguramente no os suenan de nada pero que hacen que España sea un país de referencia cultural mundial. Hemos presentado a autores de la isla que son cronistas de nuestra ciudad y que llevan su nombre a otros países. Hemos hecho actividades que han congregado a cientos de personas el fin de semana, locales y turistas que se llevarán esa experiencia consigo. Todas las capitales europeas y latinoamericanas tienen una feria del libro en sus centros. Viajamos para conocer culturas, no cafeterías ni franquicias, aunque sea, desgraciadamente, ahí donde nos gastamos el dinero.


Yo seguiré apoyando una feria en la que también podamos tomar un café y que no invada vuestros accesos, pero exijo respeto por nuestro trabajo. Respeto en esa conversación que tenemos pendiente hasta que lleguemos a un acuerdo. Y que no entremos en aspectos tan subjetivos como arrogarse el mérito del cambio que ha vivido el Borne en estos años ni como qué es bonito y qué es feo, ya que, como sabemos, para gustos, colores.


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