Ocurrió el pasado domingo a las 19.30 horas. El acusado -un hombre de nacionalidad española y de 74 años- estaba sentado en un banco y, según los padres de los niños, tenía una mano debajo del abrigo y hacía movimientos sospechosos. Al percatarse de ello, le reciminaron los hechos y el hombre sacó la mano. Lo negó todo y se marchó. Sin embargo, al cabo del un rato volvió al lugar y suspuestamente, prosiguió.
Fue cuando los dos adultos avisaron a la Policía Local, que envió dos patrullas. Una de ellas dio con el varón, gracias a la descripción física que ofrecieron ambos.
Se le acusa de un delito de exhibicionismo y otro de provocación sexual.