En las fotografías se pueden apreciar escenas del estado en el que quedó el islote eivissenc después de que los cazadores autorizados por el Govern procedieran a matar a todos los ejemplares de la isla. Tres ejemplares sobrevivieron a la matanza pero, pese a las reivindicaciones de los sectores animalistas, Medi Ambient informó de que iban a sufrir el mismo destino que sus difuntas vecinas.