Me lo temía. No hay que tener mucha imaginación para darse cuenta de que el PSOE balear no sabía lo que hacía. Que decidían otros. Que ellos sólo ponían los votos a cambio de las sillas. Pero los demás -Unió Mallorquina y PSM- eran los que pensaban. Tampoco es que hubiera muchas ideas geniales, pero el PSOE ni siquiera decía qué hacer. Era como las sillas, como las lámparas. No hablaba. Eso es al menos lo que ha dicho y reconocido Antonio Manchado en su ponencia para la modernización del partido, que ayer publicaba la prensa y en la que dice que su partido no adoptó postura alguna en la coalición con sus socios.
Ustedes verán: en mi opinión la mayor parte de la tropa que tenemos al frente de nuestros partidos políticos debería marcharse a casa y dejar que cualquier otro asuma el control. No existe ninguna posibilidad de que un profano lo pueda hacer peor. Simplemente no tenemos quien nos mande y vamos a la deriva. Probablemente es lo que nos merecemos. Pero no deja de ser triste.