CARTAS AL DIRECTOR

Las uvas de la ira

Martes 22 de septiembre de 2015
Hace unas semanas opinaba sobre lo inadecuado de celebrar una fiesta como la “tomatina de Buñol” en medio de una crisis en la que uno de cada cinco españoles, y los menores de edad aún en mayor proporción, se encuentran en el umbral de la pobreza.

Ahora la vergüenza se traslada a Mallorca donde se han tirado 12 toneladas de uvas en la 'gran batalla de raïm', uno de los actos más participativos de las fiestas des Vermar, en la que los asistentes se arrojan el fruto de la viña sin contemplaciones. Puede que pasen una jornada muy divertida pero habiendo gente con hambre a la vuelta de la esquina, y en la propia comunidad, la gracia de la fiesta se convierte en rabia contenida al ver lo poco solidaria que resulta con sus compatriotas. Eso sí, para matizar, tanto el Ayuntamiento de Binissalem como la asociación juvenil 'Joves des trui', ha considerado que “en tiempos de crisis es poco ético desperdiciar tantos racimos enteros” y por ello 9 de las 12 toneladas eran prensados, lo que no quita que se hayan desperdiciado 3 toneladas de uvas buenas de consumir. ¿A cuanta gente se podría haber alimentado con ese “sobrante”?

No es de recibo que se celebren semejantes fiestas en España, y eso sin contar la sangrienta velada del toro de la Vega o similares. En un país empobrecido y con más de 4 millones de parados desperdiciar alimentos es de una lujuria inaceptable.

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