Diez familias mallorquinas no saben si podrán cumplir su sueño de ser padres gracias a la adopción de niños rusos. De hecho, dos de ellas, ya conocen a los pequeños y sendos jueces de aquel país tienen paralizado el proceso “cautelarmente”. La razón: el temor de Rusia de que los pequeños que llegan a España terminen en familias con dos padres o dos madres, algo penado según su legislación.
Toni Mercadal, presidente de Infancia i Futur, explica a
mallorcadiario.com que “el Tribunal Supremo ruso considera que en nuestro país se han tramitado un número de adopciones contrarias a derecho debido a la ambigüedad recolocaciones”. Por ello, los magistrados del Alto Tribunal han recomendado a sus jueces que frenen momentáneamente las llegadas de los niños hasta que los países de acogida, entre ellos España, aseguren que los pequeños no terminarán en familias de homosexuales.
“El problema en España ha sido la heterogeneidad de certificados que se han expedido. Cada comunidad autónoma hacía llegar una diferente y ello ha hecho saltar las alarmas”, añade Mercadal. “Si ellos deciden –y así queda reflejado en su legislación- que sus pequeños no terminen en familias de gays y lesbianas, hay que respetarlo. Es como cuando China introdujo la exigencia de que los padres adoptantes tuviesen como mínimo el bachiller”.
Desde Infancia i Futur afirman que los casos de pequeños redirigidos en este tipo de familias
es del 0,3 por ciento en todo el mundo. “La cuestión es que ese porcentaje sobre 20.000 adopciones anuales se convierte en casos reales, casos concretos de niños”.
Asimismo, desde la entidad envían un mensaje de tranquilidad a las familias. "Es cuestión de tiempo y de arreglar
el papeleo. Nuestras administraciones se están mostrando colaborativas", concluye Mercadal.