Muchas dudas sobre el control aéreo de Palma

La situación de la plantilla de controladores aéreos de Son Sant Joan podría representar serios problemas de gestión del tráfico aéreo en Baleares este verano. El aeropuerto de Mallorca afronta la próxima temporada con ocho controladores menos que en el verano de 2018, a lo que hay que añadir que los 15 con los que se han ampliado la plantilla todavía se encuentran en periodo de formación, de forma que no estarán operativos al cien por cien en los meses de más tráfico.

La voz de alarma la han levantado responsables del sector turístico, que temen un verano de retrasos y conflictos si Enaire -empresa pública dependiente del Ministerio de Fomento que se encarga del tráfico aéreo- no refuerza sus recursos.

El todavía reciente conflicto de los controladores a raíz de la huelga de 2010, concluido por vía judicial hace apenas cuatro meses, recuerda la extrema sensibilidad que sobre este asunto hay en las Islas. Baleares depende de los enlaces aéreos para que gire la rueda de la economía local. La mayoría de los turistas que visitan esta comunidad cada año lo hacen a través de enlaces aéreos; sólo en 2018 la cifra de visitantes superó los 17 millones.

Se trata, pues, de una actividad que no debería permitir ningún tipo de improvisación. Sería irresponsable por parte de Enaire emprender la temporada turística con dudas acerca de la capacidad que tendrá para gestionar todo el tráfico aéreo que se vaya a producir; especialmente si se tiene en cuenta que España tendrá que asumir, además, del orden de 160 vuelos diarios adicionales según se ha comprometido la propia Enaire para evitar la saturación del tráfico aéreo en el centro de Europa, como ocurrió el año pasado.

Son demasiados elementos como para no plantear dudas razonables acerca de la gestión de recursos que hace Enaire. La voz de alarma, sin embargo, no debería recaer únicamente en los empresarios, por lo que sería necesario que el Govern intercediese ante Fomento para asegurar la prestación del servicio de una manera segura y eficaz, sin exponer a riesgos o a pérdidas económicas una actividad tan determinante para Baleares.