Vox es un foco de inestabilidad política en Baleares

Desde que comenzó la legislatura, Vox ha demostrado ser el mayor factor de inestabilidad en la política balear. En las elecciones autonómicas logró ocho diputados y ya ha perdido dos, quedándose en seis representantes tras la salida de Agustín Buades, quien ha decidido seguir como no adscrito. Este desmoronamiento a cámara lenta pone de manifiesto una enorme falta de cohesión interna y una irresponsabilidad de calado, al dar por roto el pacto de 110 puntos suscrito con el PP, pese a su elevado grado de cumplimiento y el poco tiempo transcurrido desde los comicios.

El pacto suscrito entre Vox y el Partido Popular, que en su momento parecía garantizar una legislatura sólida, se ha roto por órdenes de la dirección nacional de Vox. Esas instrucciones obedecen a tacticismo político nacional y no parecen tener en cuenta la realidad política de Baleares. Responden a intereses ajenos, diseñados en Madrid. Esto ha dejado al Partido Popular en minoría y sin un socio estable, lo que complica la acción de gobierno.

Su tendencia a desmoronarse y sus continuos enfrentamientos internos, demuestran una grave falta de madurez política

El comportamiento errático de Vox traiciona la voluntad de los votantes que depositaron en ellos la esperanza de un cambio coherente. Su tendencia a desmoronarse y sus continuos enfrentamientos internos, demuestran una grave falta de madurez política que habrá de pagarse caro.

Además, todo indica que la crisis interna de Vox podría empeorar en las próximas semanas, porque Buades no es el único que discrepa de la ruptura del pacto con el PP. Sergio Rodríguez e Idoia Ribas tampoco están de acuerdo con aquella decisión. Las consecuencias no solo afectarán a Vox como partido, sino también a la ya frágil gobernabilidad de Baleares. Los ciudadanos merecen estabilidad y responsabilidad de sus representantes, dos características que, a día de hoy, parecen ausentes en la actuación de Vox.