El pasado sábado quedó cerrada, por motivo de la calidad del agua, la playa del Arenal de Llucmajor, izándose la bandera roja que prohíbe el baño. La bandera roja se iza tanto por motivos meteorológicos adversos, por motivos de peligro o por motivos de sanitarios, como era el caso. Por parte del servicio de socorristas, se recordaba a todo ciudadano que pretendía entrar en el mar que había bandera roja y no se podía bañar.
El comportamiento de los ciudadanos fue desigual, la gran mayoría tuvo conciencia del riesgo que implicaba la entrada en el mar con bandera roja y respetaron las advertencias de los socorristas. No obstante, el domingo, dos turistas alojados en Cala Pi hicieron caso omiso, por lo que por parte de los agentes de la Policía Local se procedió a denunciarlos.
Cabe recordar que, además de la normativa autonómica, esta infracción viene recogida en la Ordenanza de Convivencia Ciudadana como una infracción grave y con una sanción que oscila entre los 750 y los 1500 euros. Las denuncias ya han sido remitidas al Área de Medio Ambiente para la incoación de los expedientes sancionadores.
Desde la Policía Local se recuerda que el cierre de playas es por la seguridad de los bañistas y que la responsabilidad es personal de quien no lo respeta.
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