Los ladrones actuaban de madrugada, rompiendo puertas o cristales con piedras de gran tamaño, por lo que a la sustracción hay que sumarle los enormes daños causados.
Es más, en una ocasión llegaron a arrancar un bolardo de un aparcamiento cercano para lanzarlo contra la puerta y entrar en el establecimiento.
La investigación rápidamente se centró en ambos individuos ya que en el pasado mes de noviembre ya fueron detenidos por hechos similares, con un modus operandi parecido.
Los agentes han conseguido recuperar dinero efectivo y dos cajas registradoras, que, sin embargo, han quedado inservibles debido a la violencia empleada para abrirlas.
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