Limitando derechos

Uno tiene la sensación que en todas las administraciones públicas, ya sean ministerios, "conselleries", "consells" o ayuntamientos, hay una persona, con deficación exclusiva, pensando cómo complicar un poco más la vida al ciudadano.

El fenómeno, o "fenómena", encargado de joder el servicio de justicia gratuita se está luciendo. Nos ha tocado vivir tiempos de reformas, aunque en temas de derechos y libertades en lugar de reformas se nos están aplicando retrasos.

Entre las varias cuestiones que se pretenden cambiar, la más reveladora del espíritu de la modificación es la tasa de acceso a la Justicia gratuita. Sí, parece coña pero a algún lumbreras se le ha ocurrido que una de las formas para mejorar el derecho a la Justicia gratuita sería establecer una tasa para poder solicitar este beneficio. Es decir, si usted no tiene recursos para costearse un abogado, tiene que pagar una tasa para poder solicitar uno de oficio. Es que, ya se sabe, los ciudadanos somos muy viciosos en esto de pleitear y los vicios han de pagarse.

He de reconocer que el fenómeno, o "fenómena", encargado de joder al personal en temas de Justicia gratuita es de lo mejorcito en su profesión.