GOLPE EN LAS COSTILLAS
El coronel de la Comandancia de la Guardia Civil de Huelva ha explicado que el presunto asesino de Laura Luelmo, Bernardo Montoya, fue a un centro de salud por un golpe en las costillas dos días después de la desaparición de la profesora. "Pensamos que pudo ser por un forcejeo con Laura", ha precisado al tiempo que aclaraba que ese hecho hizo incrementar las sospechas sobre Bernardo Montoya.
DESCARTAN QUE PASASE LA NOCHE EN CASA DE MONTOYA
Los investigadores de la Guardia Civil descartan que la joven Laura Luelmo pasase la noche que desapareció --la noche del miércoles 12 al jueves 13 de diciembre-- en casa de su presunto asesino, Bernardo Montoya. No obstante, la Guardia Civil encontró restos de sangre de la víctima y del presunto asesino en la casa de Montoya y también parte de la compra que Laura Luelmo había hecho en el supermercado antes de desaparecer.
También han afirmado no tener aún datos concluyentes de cuándo se produjo la muerte de la joven, pese a que la autopsia preliminar la situó entre dos y tres días después de su desaparición. "No tenemos una autopsia totalmente finalizada, los datos que existen son previos y, con lo que nosotros manejamos, puede que no se correspondan con la realidad", ha dicho el coronel Ezequiel Romero, jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Huelva.
La hipótesis de los investigadores es que Montoya agredió sexualmente a su víctima en el campo, aunque tampoco han podido precisar qué tipo de agresión sufrió. Además, han asegurado que, en el momento en el que lo que se investigaba era la desaparición de la joven no había indicios con "carga probatoria" contra Montoya. Según han dicho, habría sido posible hacer un registro voluntario, pero tenían que "valorar bien" lo que hacían. "Y si la tuviera en otro sitio, ¿el que pusiéramos el foco podría haberla puesto en peligro?", se ha preguntado el teniente coronel de la Unidad Central Operativa (UCO) Jesús García.