El servicio de Emergencias 112 en Baleares recibe actualmente diez llamadas diarias que son bromas o denuncias ficticias. Los autores de estas llamadas se enfrentan a elevadas multas económicas, además de exponerse a posibles acciones de carácter penal. Aún así, el dato se mantiene en niveles inaceptables, según revelaba este lunes mallorcadiario.com. En lo que va de año, este tipo de avisos falsos ya superan la cifra de 3.500, con una media diaria de 10,7 y un promedio mensual de 321.
En 2016, las bromas o denuncias ficticias a Emergencias superaron las 10.000. Y si bien es cierto que el número ha descendido durante los últimos años, la práctica sigue alcanzando cifras difíciles de entender. Llamar al 112 para hacer una broma o dar una alarma falsa sólo puede calificarse como una gran irresponsabilidad.
Este tipo de comportamientos se hallan expresamente perseguidos por la Ley 3/2006 sobre gestión de emergencias en las Islas Baleares, que en su artículo 47 los califica de 'infracciones muy graves' que pueden ser objeto de fuertes multas o denuncias de tipo penal. Sobre todo porque la utilización maliciosa del Sistema de Emergencias implica la ocupación de recursos que deberían dedicarse, al cien por cien, a la atención de situaciones reales, a menudo muy graves y en algunos casos con riesgo para la vida de personas.
Los profesionales del departamento cuentan con la pericia, la experiencia y los conocimientos necesarios para saber cuándo una llamada es falsa o real. Pero, por mucha experiencia o instinto que tengan, su labor debe dar las máximas garantías de que se puede atender cualquier situación de emergencia. Por eso no pueden arriesgarse a equivocarse y siempre se aplican los protocolos de actuación previstos.
Que el 112 tenga que ocupar tiempo y recursos con este tipo de llamadas, activando los servicios requeridos, merma considerablemente la capacidad resolutiva del servicio, y no estaría de más aplicar sanciones más duras a quienes actúan con tan grande irresponsabilidad.