La cantautora nacida en Georgia (EE.UU), Madeleine Peyroux, llega a Palma el próximo domingo 4 de noviembre. Ella ha sido la elegida este año para ir cerrando los conciertos del Jazz Voyeur Festival. Sus incondicionales podrán disfrutar en directo de su particular voz ronca, y de temas como “Bird on the wire”, versión del icónico poeta Leonard Cohen, entre otras.
Descubierta en un club neoyorkino, y desde su debut en 1996 con su álbum “Dreamland”, Madeleine Peyroux, ha seducido por igual a público y crítica. Y en estos años se ha convertido en una artista muy respetada dentro del mundo del Jazz.
Otro de los alicientes para no perderse a Peyroux en directo, o para curiosear al menos su último trabajo, es su alianza con el reputado Larry Klein. Un productor que ha colaborado entre otros con; Joni Mitchell, Tracey Chapman, Walter Becker o Herbie Hancock.
El extraordinario viaje de Madeleine Peyroux es uno de los más atractivos de la industria de la música. Ocho álbumes y 22 años desde su debut en Dreamland, Peyroux continúa desafiando los confines del jazz, aventurando en los fértiles campos de la música contemporánea con inigualable curiosidad.
El nuevo álbum de Peyroux, Anthem, con los músicos Patrick Warren , Brian MacLeod y David Baerwald Juntos, proyectan una mirada sobria, poética y, en ocasiones, filosófica sobre el estado actual del mundo.
Producido y coescrito por Larry Klein, el álbum cobró vida durante las decisivas elecciones estadounidenses de 2016, con los escritores absorbiendo una “corriente constante de noticias” durante muchos meses. Las canciones “conscientemente no demasiado prosaicas”, fusionan la perspectiva de Peyroux, a veces política, con vislumbres de su mundo personal. Afiladas y pacientemente refinadas con colegas escritores, mezclan lo público con lo personal, logrando ese equilibrio perfecto de humor negro y compasión. Hay dos cubiertas en este álbum. El poema de la Segunda Guerra Mundial de Paul Eluard, Liberté, y la canción principal, el monumental Himno de Leonard Cohen, que también marca la tercera interpretación de Peyroux del trabajo del poeta icónico. Pronto se convirtió en el “himno personal” de Peyroux, la conmovedora obra maestra de Cohen “relacionó todas las historias del registro”, con una asombrosa relevancia y observación mundana de actualidad.
Inspirada en la capacidad de su ídolo Leonard Cohen para “sufrir por el trabajo, pero aún presentar al oyente con un pensamiento amistoso”, Peyroux envía un mensaje espiritual pero claro de esperanza, optimismo y capacidad de recuperación frente a una realidad turbulenta.