
El
nuevo impuesto que el Govern ha sacado para el inicio del 2014 con el que se gravará la
compreventa de coches usados entre particulares ha levantado ampollas entre los particulares. La otra cara de la consecuencia de esta decisión son las empresas que se dedican al negocio de los vehículos de segunda mano.
Según palabras de Tolo Salom, de
500 millas, "esta es una buena fórmula para acabar con el pirateo existente en este negocio. Hay gente que se dedica a vender coches usados sin tener licencia para ello. Tiene los coches en un solar o en un garaje y los venden por internet".
Para Salom, esta gente "está haciendo un negocio desleal con los profesionales. No pagan impuestos de ningún tipo y se lucran sin rendir cuentas al Estado, ya que venden los coches como particulares, aunque tengan unos movimientos propios de una empresa legal".
Salom es consciente que esta medida afectará a los particulares que sólo quieren vender un vehículo y nada más. "Va a ser duro para los particulares que realmente sólo quieren vender un coche a un amigo, familiar o a un comprador cualquiera, ya que deberán hacer frente a un impuesto que en ocasiones supera el valor mismo del vehículo".
Por su parte, Joan Pastor, gerente de
Proa Ocasión, explica que en primer lugar, cualquier tasa impositiva a la compraventa de coches usados no es una buena noticia", aunque en este caso, "además de atajar un mercado pirata, a la larga ayudará a que el parque automóvil mejore, ya que las empresas profesionales están obligados a entregar un coche en un buen estado y con unas garantías, que entre particulares no está controlado. Al final se puede conseguir que se contamine menos y se eviten muchos accidentes". En definitiva, cree que es una buena noticia que beneficiará al sector en general y a la larga a los compradores de vehículos de segunda mano.