Las bodas son alegría, risas y amor. Dejen casarnos como en el resto de España. Estos eventos, donde con la situación actual solo pueden reunirse diez personas, llenan nuestra isla, nuestros hoteles y nuestros bares cada fin de semana desde marzo hasta octubre.
¿Cómo van a abrir los hoteles si una de las causas por las que llenan sus habitaciones desaparece? Me pregunto si con estos nulos incentivos esperan que los hoteles decidan abrir en julio y agosto para llenar el 20% de las habitaciones.
A vueltas con la aprobación de Reino Unido de Baleares como destino seguro, los ingleses, con un mayor poder adquisitivo que los habitantes de este país, ya buscan planes alternativos, en otros países mediterráneos donde los políticos parecen decididos a gobernar, a sentarse y a realizar una planificación en condiciones.
No se olviden de que tenemos a casi cincuenta millones de españoles deseando viajar a Baleares sin PCR, con ganas de disfrutar con amigos y familiares en las bodas y, sobre todo, que hay un importantísimo sector detrás, sin rascar bola desde octubre de 2019 (cuando finalizó la última temporada de bodas). Necesitamos recuperar la alegría de manera urgente.
Cristina Del Hoyo