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La creación de empleo llama a la esperanza

martes 03 de junio de 2014, 19:55h

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El mes de mayo volvió a ser excelente para Balears en creación de empleo. Más de ocho mil personas consiguieron acceder un puesto de trabajo. La salida de la crisis ya no es una esperanza, es una evidencia incuestionable. El Archipiélago encadena más de un año de creación de empleo neto. Son cifras de constante recuperación. No hay que lanzar campanas al vuelo porque más de 67.000 conciudadanos siguen sin trabajo. Pero el tejido productivo balear sigue fortaleciéndose. Y eso es lo más importante. Más empleo significa más consumo Y un incremento del consumo genera inversión de manera indefectible. Y cada nueva inversión conlleva nuevo puestos de trabajo. La maquinaria vuelve a alcanzar un nivel de funcionamiento notable, engrasada por la mejor de las materias: la confianza en sí mismos tanto de empleadores como de empleados.

En el conjunto de España los datos también mejoran. De manera más tímida, pero evidente. Todo indica que los años del miedo y del sacrificio extremo están quedando atrás. En este aspecto, el coraje del tejido productivo balear, que no se arredró en lostiempos más duros de la crisis, debería ser puesto como ejemplo en el conjunto del Estado. Bien se lo merece este Archipiélago, y bien se lo merecen los responsables económicos del actual Govern Bauzá. Han sabido crear confianza y ahora comienzan a recoger la cosecha.

Sería interesante en estos momentos que los altos responsables del PP de Madrid no escuchasen los cantos de sirena del los organismos internacionales que piden una subida del IVA en España. Es un error. Más impuestos significan menos consumo y menos empleo. El coraje político también tiene mucho que ver en toda recuperación económica. La actual coyuntura es un buen botón de muestra. La deuda pública continúa siendo enorme, pero si la actividad privada recupera su pulso y su nervio, si vuelve a fluir el dinero en cantidades importantes, la deuda se irá reduciendo de forma indefectible. Es el vigor del mercado el que acaba con el déficit, no los incrementos impositivos.

Pero lo más importante ahora es alegrarse de esta coyuntura y convertir este moderado optimismo es voluntad común y compartida de salir del atasco a toda costa. Cada gota de sudor de todo trabajador es imprescindible. Cada apuesta de todo empresario es fundamental. Juntos componen el lado más hermoso, y a la vez más duro, de toda sociedad en marcha: conseguir salir del pozo a base de esfuerzo y alcanzar de nuevo las cimas de una sociedad modélica, valiente y sólida.

Este objetivo final está aún lejos, pero ya se intuye en el horizonte.