Hay que parar los impuestos ya

A las dramáticas consecuencias sanitarias que está suponiendo la pandemia de coronavirus se suma el daño que está sufriendo el tejido empresarial y que amenaza con llevarse por delante a miles de empresas y los puestos de trabajo que representan. La preocupación de las asociaciones empresariales es máxima y, aunque respaldan las medidas adoptadas por el Gobierno, reclaman una mayor agilidad de las administraciones a la hora de poner en marcha las ayudas.

Se trata de garantizar la máxima liquidez para que no se frene la actividad económica. En este sentido, la presidenta de CAEB hacía este miércoles una llamada a agilizar el aplazamiento de pagos de todos los impuestos, desde los recaudados por la Administración central a los de las administraciones autonómicas o las municipales.

Tiene sentido que, frente a la complejidad de establecer mecanismos de nuevas ayudas para empresas o autónomos, se acepte una manera rápida y sencilla de aliviar las cargas a las empresas como es el aplazamiento de cualquier pago de impuestos o tasas; una opción que tiene efectos inmediatos en las cuentas de las compañías y que juega a favor de su supervivencia.

Algunos administraciones así lo han entendido. Es el caso del Ayuntamiento de Calviá que, entre otras cosas, decidió posponer el pago de los impuestos municipales, además de bonificar el 100 por 100 de la tasa de ocupación de vía pública a aquellos bares y restaurantes que tienen terrazas en el exterior -cerrados mientras se prolongue el estado de alarma- o devolver las cantidades ya sufragadas por los titulares de puestos de venta en los mercados. Es una iniciativa tan lógica como digna de ser imitada por el resto de corporaciones municipales.

La situación económica también es de extrema gravedad y las administraciones no pueden abstraerse de las urgencias cotidianas que sufren infinidad de empresas o pequeños emprendedores sobre los que se asientan la economía y las posibilidades de progreso de esta sociedad.