El relaciones públicas barcelonés Javier Escobar ha muerto, a los 66 años, tras más de dos décadas de lucha contra la adicción a las drogas que nunca logró superar completamente, ni siquiera tras haber recibido apoyo terapéutico en Mallorca bajo los cuidados de los profesionales y voluntarios de Proyecto Hombre.
Elegante, seductor y dotado de un físico y una empatía que le permitían destacar en los ambientes más selectos, Javier Escobar se convirtió, cuando tenía poco más de 20 años, en el modelo preferido de Giorgio Armani y, de hecho, en el primer español que consiguió posar para el célebre diseñador italiano.
De regreso a Barcelona tras triunfar en las principales pasarelas de moda de ciudades como París, Milán y Nueva York, Escobar fundó su propia empresa, Estudio Buque, un gabinete de relaciones públicas que, durante los años 80 y 90 del siglo pasado, nutrió de las mejores modelos a los eventos del sector de la moda más importantes de Europa, además de organizar algunos de los acontecimientos sociales más glamourosos y multitudinarios de la época.
Uno de los encargos más importantes que recibió cuando se hallaba al frente de Estudio Buque procedió nada menos que del Comité Olímpico Internacional. Corría el año 1992 y su ciudad natal, Barcelona, estaba de acoger la que ha sido, a criterio de los expertos, la mejor edición de los Juegos en toda la historia del deporte.
La tarea que el COI encomendó al buen gusto y sentido de la estética de Javier Escobar fue el desfile de moda de la ceremonia inaugural. Las modelos más cotizadas desfilaron en esa fecha histórica, movilizadas por Escobar y despertando el entusiasmo del público y de los millones de espectadores que en todo el mundo seguían el emblemático acto.
CAMBIO DE RUMBO
Tras su incontestable éxito en los Juegos Olímpicos, el antiguo modelo de la firma Armani decidió, una vez más, cambiar su rumbo, pero fue precisamente entonces cuando cayó en las garras de las drogas, extraordinariamente habituales en los ambientes en los que Escobar se movía y a las que él mismo sucumbió.
La dependencia fue incrementándose con el tiempo, y fue en esa etapa de su vida, ya fuera del negocio de la moda y las relaciones públicas a causa de los efectos del consumo de drogas, cuando decidió jugarse una última carta y se marchó a Mallorca para ponerse en manos de la prestigiosa organización Proyecto Hombre, fundada y liderada por el sacerdote Tomeu Català.
Tras su estancia en la isla pareció recuperarse, y su lucha encarnizada contra la adicción que le esclavizaba llegó incluso a oídos del entonces rey Juan Carlos, quien, con la pretensión de ofrecerle nuevos estímulos, le propuso participar en una de las competiciones regatísticas a las que tan aficionado era por aquel entonces el actual monarca emérito durante sus veranos mallorquines.
ÚLTIMOS AÑOS
Sin embargo, las drogas volvieron a aparecer en su horizonte, y esta vez se quedaron para siempre, hasta sus últimos días, que Javier Escobar fue afrontando así como pudo, sin una ocupación profesional estable y exprimiendo los ahorros que había ido acumulando durante sus mejores años.
A su muerte queda el legado permanente de un hombre que supo hacer del glamour y la elegancia sus principales señas de identidad, y que, a lo largo de su azarosa vida, se codeó con figuras de la talla de Naomi Campbell, Claudia Schiffer, Gianni Versace, Norma Duval, Agatha Ruiz de la Prada o Tom Ford. Casi nada.