Entre poc i massa sa mesura passa

Hay días en que me enfado conmigo mismo, por la idiotez supina en la que el poder político intenta incluirme. Ni el socialismo ni el liberalismo son dos opciones distintas del mismo modelo social. Es decir, ni PSOE ni PP deberían ser enemigos políticos. Lo que pasa es que, cada vez más, los líderes de estos partidos se radicalizan y no permiten a sus afiliados que se salgan del relato oficial: al enemigo ni agua. Y yo ya me estoy hartando de tanta tontería. Para el PSOE, lo democrático es lo que dicen ellos y sus amigos de la izquierda. Ya sean antidemocráticos como Herri Batasuna, Bildu, Junts, Sumar y Unidas Podemos. O sean regionalistas como Coalición Canaria. Para el PP, son democráticos sólo ellos. No lo son ni Més per Mallorca, ni Vox, ni el PI. O sea, que todos se creen que son los únicos demócratas y por eso, están legitimados para gobernar. Claro que, como ya no se esperan mayorías absolutas, todos los partidos deberán aceptar compañeros de viaje si quieren gobernar. Y ahí está el problema.

Si analizamos lo que está pasando con el presidente Trump nos ponemos nerviosos por sus locuras. Pero sus 80 millones de americanos que le han votado están que no cagan de alegría. ¿Son demócratas? Pues sí, ¿y Putin?, pues también. Pero si lo buscamos en Internet, Putin dice que ha provocado en Rusia un «retroceso democrático» y un giro hacia el «totalitarismo». Asimismo, aseguran que su gobierno se ha visto empañado por la corrupción endémica, el encarcelamiento y la represión de los opositores políticos, la intimidación y represión de los medios independientes rusos y la falta de elecciones libres y justas. Ha invadido Ucrania y está acusado por la Corte Internacional de Crímenes de Guerra. Cualquier comunista de España, le teme y le aborrece, aunque siga creyéndose que para cambiar el mundo hay que hacer la revolución. Mejor marxista que franquista, Como ve, estimado lector, todo es lo mismo. Los mismos perros con distintos collares. A mis alumnos de Comunicación en la Escuela de Turismo Felipe Moreno, Universidad de Nebrija, les asusta pensar que este mundo está en manos de locos y fanáticos que son capaces de meterse el derecho internacional en el culo y cambiar las reglas del juego, solo para seguir mandando ellos. Pero es así. La vida es así y no la he inventado yo, dice la canción.

Y Trump avisa que dejarán de pagar la factura de la OTAN. Que ya les estamos comprando, a ellos, la tecnología militar para defendernos de… Y he aquí la otra incógnita del problema. ¿De quién deberemos defendernos los españoles? Enemigos tenemos en todo el mundo. Pero los más cercanos están justo al sur. En el continente africano. Y en algunas de las regiones que forman España. Y, ¿si al rey de Marruecos se le ocurre invadir las colonias españolas de su territorio, qué haremos? Llamamos a los americanos, o nos ponemos a defender Ceuta y Melilla, o Catalunya, en los Tribunales Internacionales. Y si los que apoyan a esos posibles enemigos, tienen como amigo a Rusia, ¿qué haríamos? Pues de eso se debería hablar ya. Pero a Sánchez, le preocupa que en Europa siga aumentando la intención de voto a la derecha radical. La fachosfera dice, el dictador.

El título de este artículo se basa en la comprensión del típico mallorquín que intenta encontrar el punto de equilibrio en todas las cosas de nuestras vidas. No obstante, cada vez más, los radicales no quieren gente que piense, critique, y se ponga en medio del dilema. O eres de derechas o eres de izquierdas, o no existes. Pobre del cantor que no arriesga su cuerda, por no arriesgar su vida. ¿Y ahora qué?