La tarjeta sanitaria, a coste de DNI

El Govern ha decidido que no va a ser menos que otros organismos de la Administración pública y, al igual que en Galicia, ha optado por cobrar la tarjeta sanitaria, 10 euros por hacerla la primera vez y otros tantos cada vez que haya que renovarla, más o menos a coste de DNI. Menos mal que no le ha dado por ponerla a precio de renovación de carnet de conducir, que si no estaríamos temblando. La noticia, que publica El Mundo, está en la calle, pero ahora viene lo peor, porque me cuentan que la decisión ha caído como un jarro de agua fría entre muchos colectivos, especialmente entre los usuarios más desfavorecidos y los encargados de tramitar este documento, que se encuentran en la ignorancia más absoluta de cómo se va a organizar, porque hasta ahora se mandaba la nueva tarjeta al domicilio de los asegurados, quienes solo tenían que pegar la etiqueta adjunta en el nuevo documento y destruir la antigua, pero ¿y ahora? ¿Habrá que habilitar oficinas? ¿Se harán los trámites en cada centro de salud? ¿En el Ib-Salut? ¿Será gratuita, como ocurre con el DNI, si es por cambio de domicilio? ¿Habrá que pedir cita previa a ese 902, que tantas llamadas tiene y tanto gana por ser una línea especial, a costa de los ciudadanos? ¿Cada cuánto tiempo habrá que renovarla? Pero, lo más gracioso de todo esto es que Salut no dice qué espera recaudar con esta medida, porque aunque haya un millón de tarjetas no todas caducan al mismo tiempo, así que nos quedamos sin saber qué es lo que confía en ingresar. Mientras tanto, más de uno considera que hará falta personal para llevar a cabo la medida, así que, lo comido por lo servido, aunque lo bueno es que si se crean algunos empleos, bienvenidos sean.