Fue hallado en Allende, poblado que le da nombre. Después de desintegrarse en la atmósfera se realizó una exhaustiva búsqueda para recolectar sus fragmentos, uno de los hechos que lo definen como uno de los más estudiados de todos los tiempos.
La roca original, según los científicos, debió de haber tenido el tamaño de un coche y viajó a través del espacio a más de 15 kilómetros por segundo. El Allende es uno de los meteoritos más distribuidos, por lo que proveyó una enorme cantidad de rocas que se han utilizado desde entonces como material de estudio.