El fraude fiscal de Sánchez (otro)

Otra más. Sánchez lidera el palmarés de presidentes con mayores derrotas parlamentarias y mayores humillaciones por parte de sus socios. Los compañeros de viaje del narciso monclovita son nada menos que filoetarras e independentistas que juegan con él a su antojo. Sánchez no duda en rendir pleitesía a quien sea preciso para aguantar. Sus concesiones, sean o no constitucionales, morales o legítimas, son el pegamento que une su trasero al sillón.

Ahora, querido lector, usted y yo vamos a financiar nada menos que 17.104 millones de euros que se condonarán de la deuda catalana gracias a un infame acuerdo con Esquerra Republicana. Los socialistas lo visten como un gran avance para todas las comunidades en las que se hará una quita simbólica. Es como si usted y yo vamos a cenar y yo me pido solomillo y un Pago de Carrovejas, mientras usted se conforma con unas aceitunas y un agua y encima tengo la desfachatez de decirle que pagamos a pachas. Esto era lo que pretendía la charo mayor del reino, María Jesús Montero, pero las autonomías no han tragado y les han dado plantón. Las migajas no son suficientes.

El Gobierno va tan ‘a calzón quitao’ que se presenta a la reunión del Consejo de Política Fiscal con una propuesta, fruto de la sumisión a ERC, en la que pretendían que el resto de consejeros de hacienda le hicieran la ola. Ese plato de lentejas (o lo tomas, o lo dejas) es de difícil digestión para el resto de comunidades que se ven ninguneadas con este nuevo desplante.

La totalidad de la condonación de deuda iba a ser de 83.000 millones de euros. ¿A qué no sabe usted, en la práctica, quién los iba a pagar? Bingo! Lo poco que queda de clase media, que carga sobre sus espaldas el peso del PIB y el esfuerzo fiscal con los que Sánchez compra voluntades. Porque las cesiones del presidente no suelen ser gratuitas, aunque no sea él quien las pague. Cada vez que se tambalea el último resquicio de estabilidad que le queda al gobierno, sufre nuestro bolsillo. En su manual de resistencia no aparece la integridad, su método de supervivencia es la humillación y la sumisión del Estado y sus instituciones a sus intereses personales (y los de su familia).

Juan Carlos Rodríguez Tur. Abogado.