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El alcalde Onieva debe reaccionar

martes 02 de septiembre de 2014, 09:27h

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La detención y encarcelamiento  del jefe de la Policía Local de Calvià, José Antonio Navarro, por supuesta extorsión a empresarios de Punta Ballena, fuerza al alcalde Manuel Onieva a coger el toro por los cuernos e ir al fondo de la cuestión. Los escándalos de este punto negro de Magaluf ya habían llegado a límites intolerables. A la vergüenza internacional que ha supuesto el mamading viene a unirse ahora que el jefe de la Policía acabe entre barrotes. Es de suponer que la decisión judicial se ha producido porque existen pruebas irrefutables o indicios más que racionales de una actuación ilegítima por parte de encargados de velar por la seguridad del término.

Onieva, que ha sabido demostrar firmeza política en ocasiones anteriores ha de estar ahora a la altura de las circunstancias sabiendo cortar por lo sano y caiga quien caiga. Magaluf y el conjunto de Calvià no pueden sufrir más golpes de imagen. Solamente la firmeza del alcalde puede reconducir la situación. Si ha de ordenar una investigación interna dentro de la Policía o incluso dentro del Ayuntamiento, debe hacerlo. Y si derivase algún tipo de responsabilidad política en sus propias filas, debe exigir dimisiones.

Onieva tiene una responsabilidad políticamente muy compleja. Gobernar Calvià es extremadamente difícil al tratarse de un término turístico de enorme importancia y muy masificado. El alcalde tiene que resolver problemas constantemente teniendo siempre muy presente que le exigirán responsabilidades por cualquier disfunción. Centenares y centenares de miles de clientes acuden cada año a Calvià. Por eso, tras un verano tan duro y difícil como el actual, Onieva ha de dar muestras de su talla política y actuar con agilidad y contundencia.

Es imprescindible que con su decisión dé los pasos más importantes para la recuperación del prestigio de Calvià ante sus conciudadanos, ante el conjunto de los baleares, ante toda España y ante los países emisores de una clientela  que es imprescindible para Mallorca.

Cabe esperar a partir de ahora que nazca un nuevo Magaluf que deje de ser famoso por sus borracheras sin control y pase a serlo por su seriedad y por su salto hacia una oferta turística prestigio. No hay mal que por bien no venga. Onieva tiene ahora la oportunidad de cambiar muchas cosas que ha heredado, que le vinieron dadas y que son defectos muy profundas que se remontan en sus orígenes a décadas atrás.