
Tras los casos de las sorprendentes inspecciones en el Club de Mar (1 de agosto) de Palma, y en Nikki Beach y el Hotel Formentor, había la sospecha de que se había iniciado una ofensiva contra las presuntas contrataciones irregulares en el sector turístico. El gabinete de Prensa de la delegación del Gobierno en las Islas Baleares lo confirma plenamente con el titular que encabeza un comunicado en el que se aportan los datos recogidos por un nuevo equipo de inspectores. El título del comunicado reza: "Inspección de Trabajo aumenta las actuaciones en el sector de Hostelería". O sea, hoteles, bares, restaurantes y cafeterías; más de la mitad del PIB balear.
Este nuevo equipo está formado por un inspector de Trabajo y Seguridad Social, un jefe de equipo y 12 subinspectores. Los datos que aporta el jefe de Prensa de la delegada del Gobierno, Teresa Palmer, es suficientemente explícito sobre este asunto: "De enero a agosto de 2012 se ha realizado 9.023 actuaciones, 1.040 más que en el mismo periodo de 2011.
En el texto, delegación del Gobierno intenta repartir culpas entre construcción, agricultura, transporte, comercio y, especialmente hostelería. Sin embargo, el título sólo se refiere a la hostelería.