Día mundial

Hoy es el día mundial de la salud mental, el día mundial contra la pena de muerte y el día mundial de las personas sin hogar.

Lo he mirado por curiosidad, pero al verlo no puedo evitar pensar en cuánta relación hay entre estos tres grupos de personas.

Enfermos mentales con una pena de muerte a sus espaldas, culpables de su enfermedad ante una sociedad que mira para otro lado excepto para castigarlos.

Enfermos mentales sin hogar, abandonados por una sociedad que mira para otro lado excepto para castigarlos.

Enfermos mentales con todos los derechos negados, incluso el de ser, como si fueran culpables de su enfermedad.

Las estadísticas sobre el suicidio crecen. Los medios hablan sobre el impacto que la pandemia ha producido en la juventud. Los ansiolíticos son los fármacos más recetados.

La asistencia a la salud mental ha mejorado en las últimas décadas al ritmo en que ha aumentado la sensibilización sobre los Derechos Humanos.

Hoy en día abandonar a su suerte a un familiar con enfermedad mental, encerrarlo de por vida en una habitación sin luz, atarlo o avergonzarse ante los conocidos y dejar de mencionar el nombre maldito, ya no está bien visto, al menos en Europa. Las personas con enfermedad mental hoy son consideradas personas. Que ya es algo.

Pero los recursos para su atención siguen siendo insuficientes, y las familias cargan con un peso que el modelo social les impone, pero con muy pocas ayudas.

Así que, en muchísimas ocasiones, los familiares terminan tomando ansiolíticos, o el enfermo mental termina en la calle, sin hogar.

Donde había un persona con enfermedad mental, al cabo de una generación hay varias personas con enfermedad mental, alguna persona sin hogar y, en el peor de los cosas, alguna persona con pena de muerte.

Pero también es hoy el día mundial de los tíos. De las tías no dice nada, pero no he visto las calles llenas de machos alfa reivindicando sus derechos, así que supongo que no se refiere a un día masculino equivalente al 8 de marzo.

Dadas las estadísticas, estos hermanos de los padres tendrán probablemente sobrinos con alguna enfermedad mental.

¿Terminarán estos tíos tomando ansiolíticos, sin hogar, o con una pena de muerte?

¡No sé para qué ponen tantos días mundiales si al final todo es lo mismo!

Miren Aintzane Muguruza Mendarte