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Des Güell a Lluc a peu, una tradición ante su posible final

domingo 08 de julio de 2018, 22:00h

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La 45 edición de la marcha Des Güell a Lluc a Peu tiene pocas posibilidades de llevarse a cabo, después de que sus organizadores confirmasen este sábado que, a un mes de su celebración, no disponen de la financiación que debe cubrir la seguridad de la marcha. De esta forma, se reproduce la misma situación que se vivió en 2016, cuando la tradicional caminata hasta el santuario estuvo a punto de ser suspendida y sólo un acuerdo de última hora entre el Consell de Mallorca y patrocinadores privados con los organizadores permitió celebrar la marcha.

En esta ocasión, el Consell afirma haber habilitado una subvención de 21.000 euros que los organizadores dicen no haber recibido y que, de existir, dicen, "ya sería tarde" para celebrar la tradicional marcha instaurada por Tolo Güell en 1974.

Sorprende una situación tan enrevesada a tan pocas semanas de la marcha de este año. Con el precedente de 2016, los organizadores deberían haber actuado con más antelación de cara a evitar una situación que, a fecha de hoy, prácticamente da por suspendida una de las tradiciones recientes de más arraigo en Mallorca. Por su parte, las instituciones deberían ser capaces de arbitrar medidas y recursos para que que la marcha se pueda celebrar con garantías.

Des Güell a Lluc a Peu se inció en 1974, cuando una treintena de personas encabezadas por Tolo Güell, decidió caminar hasta el santuario de Lluc para agradecer a la patrona de Mallorca la salvación de una niña tras un accidente. Con el paso de los años, de la promesa religiosa se ha pasado a hacer de la marcha una de las expresiones de mallorquinidad más reconocidas. Algunos años ha llegado a congregar hasta 40.000 participantes.

Los últimos años, los inscritos han rondado los 6.000, pero la tradición de cubrir a pie los 48 kilómetros entre el antiguo emplazamiento del bar Güell hasta el santuario ha permanecido inalterable. Por su significado, convendría que instituciones y organizadores hallen una solución al problema haciendo posible las medidas de seguridad y atención que requieren los miles de 'marxaires'. Protección Civil, policías locales de varios municipios, Guardia Civil, Policía Nacional, funcionarios de Carreteras del Consell, ambulancias, Cruz Roja, seguros... Los recursos necesarios son muchos y variados, por lo que son, sobre todo, las administraciones las que deben dar el primer paso a pesar de la reiterada falta de reflejos de los organizadores de la marcha.

También es una buena oportunidad para la nueva delegada del Gobierno, Rosario Sánchez, de la que dependen buena parte de los recursos necesarios y que podría contribuir a que no se suspenda, por primera vez en su historia, tan tradicional marcha.