Existe una falsa creencia que nos lleva a pensar que debatir sobre todos los temas de actualidad nos lleva a algo positivo. Bajo la falsa premisa de aportar diferentes puntos de vista para enriquecer la pluralidad de la sociedad llegamos a unos extremos que nos llevan a perder el norte. Y es que ni todos los temas son debatibles, ni todas las opiniones son aceptables, especialmente cuando hablamos de la peor pandemia que vivimos: la de la violencia de género.
Porque no, ni ser hombre es cada día más difícil, ni señalar al que maltrata nos mete a todos en el mismo saco. Ni tampoco las mujeres que no han vivido episodios de violencia, acoso o discriminación están legitimadas a negar el problema, ni mucho menos a cuestionar la voz de las que lo padecen a diario.
Al final, todas estas falacias que se vierten sin consciencia ni escrúpulos tienen unas consecuencias: la de una sociedad donde cada vez son más los jóvenes que niegan la violencia machista. O que crecen con el convencimiento de que los celos son la más bonita prueba de amor…
Mientras escribo estas líneas son 36 las mujeres asesinadas por este tipo de violencia en lo que va de año. Concienciemos, eduquemos y denunciemos siempre. Porque esta es una batalla que hay que luchar todos los días.
Abraham Pérez Coronado