Cladera debe desautorizar a Sevillano y retirar el Bus Vao

El clamor contra el carril Bus Vao no puede ser desoído por los responsables del Consell de Mallorca. En la primeras 48 horas de implantación de esta medida en la autopista de entrada a Palma desde el aeropuerto, se han multiplicado los atascos y los pequeños accidentes provocados por los conductores que se ven obligados a realizar más maniobras para cambiar de carril a la hora de tomar una salida.

Precisamente, este mismo miércoles, un accidente leve en el que tres vehículos apenas sufrieron daños de chapa, producía un atasco de 8 kilómetros en plena hora punta. El accidente provocó el cierre del carril derecho dejando un solo vial de libre circulación de entrada a Palma, ya que el izquierdo es el que ocupa el Bus Vao. El embudo se prolongó hasta mucho antes de llegar al aeropuerto.

Lo que en circunstancias normales no pasaría de ser considerado un desafortunado episodio del tráfico diario se ha convertido, por la implantación del Bus Vao, en un riesgo cierto de complicar la circulación de la zona hasta extremos no vistos hasta ahora.

La institución que preside Catalina Cladera asegura haber contado con informes técnicos previos que avalan el plan. El departamento insular de Carreteras pone como ejemplo los carriles Bus Vao de Barcelona o Madrid, ocultando a la opinión pública que en estos casos se trata de carriles de nueva construcción que son reversibles en función de que el flujo de tráfico sea de entrada o salida. En Palma es solo un carril de circulación restringida cuyo fracaso parece anunciado, a no ser que miles de conductores desistan de utilizar el vehículo.

El problema es que muchos ciudadanos -por sus circunstancias o necesidades de trabajo- no pueden prescindir del vehículo privado ni considerar como alternativa viable el uso del transporte público, un transporte público que, por otra parte, resulta insuficiente.

El capricho del conseller de Carreteras, el podemita Iván Sevillano -el mismo conseller que ha rechazado construir nuevos accesos a Palma y otras obras de gran envergadura en la Isla-, puede suponer un desgaste que la presidenta Cladera debería evaluar, sopesando desautorizar a su conseller y retirar el Bus Vao. El enfado ciudadano no es gratuito.

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