La presidenta de Baleares, Francina Armengol, asegura que su gobierno defiende los derechos a la salud y los lingüísticos para que los ciudadanos puedan expresarse ante el personal sanitario en la lengua que prefieran, catalán o castellano.
Armengol ha dicho que los pactos de gobierno que ella ha presidido en los años 2015 y 2019 han sido "públicos y transparentes" en su propósito de recuperar los derechos lingüísticos de los ciudadanos y en el propósito de que el catalán sea un requisito indispensable para trabajar en la administración autonómica y en la sanidad pública.
Con ocasión del pleno de este martes, Armengol ha respondido a varias preguntas formuladas por la oposición sobre este asunto.
En primer lugar, el portavoz de Vox, Jorge Campos, ha acusado a la presidenta de "poner por encima de la salud su fanatismo catalanista y su fanatismo por el sillón", para mantenerse al frente del gobierno autonómico ante las amenazas de MÉS de que el catalán debe ser un requisito para poder trabajar en la sanidad pública y no un mérito curricular.
Campos le ha recordado que, según el Sindicato Médico, en Baleares faltan 800 médicos y que con el "apartheid lingüístico" que impone el Govern, no vendrán especialistas de la Península.
La portavoz de Ciudadanos (Cs), Patricia Guasp, ha lamentado que Armengol, del PSIB-PSOE, haya "claudicado" ante la presión de MÉS para "anteponer la lengua a la salud", a pesar de la falta de médicos en Baleares, una "realidad dramática", o ante el dato de espera de 72 días para que un paciente pueda ser visto por un especialista.
"La sanidad balear está en una situación muy crítica y usted ha antepuesto la pataleta identitaria de sus socios frente a la salud", ha dicho.
"El catalán no es un problema, es una riqueza de esta comunidad autónoma", ha respondido Armengol, que ha subrayado que todas las plazas que está convocando la sanidad pública balear se están cubriendo.
Finalmente, el portavoz del PP, Toni Costa, ha denunciando el "espectáculo lamentable" que viene dando el Govern en las dos últimas semanas, desde que anunció que no exigiría el catalán para los profesionales de la sanidad pública para rectificar después y exigirlo ante las presiones de MÉS.
Costa ha reprochado al Govern su "absoluta improvisación" y el "ridículo" que ha hecho en este asunto.
El político popular se ha referido a la postura de una "presidenta veleta que genera incertidumbre e inseguridad ante un déficil alarmante" de profesionales sanitarios.